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Richard Grenell, el embajador supremacista y gay de Donald Trump



Es el embajador en Alemania desde hace un mes. Desde su llegada ya ha provocado varias tensiones diplomáticas por culpa de sus tuits

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Es un comunicador nato, al más puro estilo americano. Golpea bajo para llegar más arriba. Su lucha es contra la mediocridad. Y contra la discriminación del colectivo gay.Richard Grenell (51), actual embajador de Estados Unidos en Alemania, está acostumbrado a no pasar desapercibido. En Alemania sólo ha tardado un mes en hacerse notar y no precisamente por su arte en la diplomacia. Muy cercano al presidente Trump, no quiere ser un diplomático al uso. Cuenta en sus provocaciones con el respaldo del Departamento de Estado, pues "tiene derecho a la libertad de expresión".
Grenell presentó credenciales en Alemania hace poco más de un mes y desde entonces ha disfrutado tanto de esas libertades que ha alarmado en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Los llamamientos a su expulsión se suceden, aunque eso equivaldría a declararle persona non grata.

La primera licencia que se permitió fue vía Twitter. Encomió a las empresas alemanas a poner fin "inmediatamente" a sus negocios con Irán, en respeto a la decisión de Estados Unidos de abandonar el acuerdo nuclear. "A los alemanes nos gusta escuchar, pero no que nos den órdenes", le respondió el ex embajador alemán en Washington, Wolfgang Ischinger. Grenell hizo caso omiso. Sin esperar a que escampara, dio una entrevista al portal ultraconservador Breitbart en la que parecía celebrar el resurgimiento del populismo en Europa. "Quiero apoyar a otros conservadores en Europa, otros líderes", declaró, y recordó que la elección de Trump, "empodera a individuos y pueblos" a zarandear el status quo.

Grenell también se mete en las visitas internacionales que pisan Alemania. Hace unos días, acudió al aeropuerto de Berlín-Tegel para entrevistarse con Benjamin Netanhayu antes de que se reuniera con Merkel. Y, aprovechando una visita del primer ministro austriaco, Sebastian Kurz , a Múnich, el embajador organizó un almuerzo oficial. "Soy fan, le veo como una estrella de rock", opinó.

Grenell vive en Alemania su primera experiencia como diplomático, aunque su trayectoria en política es amplia. Licenciado por Harvard, donde descubrió que "ser gay es compatible con la Biblia", fue portavoz ante la ONU, asesor de Mitt Romney y consultor en comunicación. Cuenta hasta con su propia empresa, Capitol Media Partners, especializada en casos complejos. Grenell y sus socios siempre tienen una solución para sus clientes, entre los que hay millonarios árabes y estrellas de Hollywood como Ryan Gosling.

Su nombramiento como embajador estuvo bloqueado en el Senado casi un año, pues eran muchos los que se resistían a enviar a la cuarta economía del mundo a alguien que despedía cierto tufo misógino. Sus tuits sobre el aspecto de Hillary Clinton son memorables. "Hillary se parece físicamente cada vez más a Madeline Albright", una forma de llamarle vieja y gorda. De Rachel Maddow dijo que se parecía al cantante Justin Bieber, que necesitaba tranquilizarse y ponerse un collar. Sobre Callista Gingrich, tercera esposa del ex portavoz de la Casa Blanca con Obama, decía llevaba extensiones en el pelo. Toca esperar los comentarios del polémico embajador sobre el estilo Merkel.

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